La consecución de las metas u objetivos propuestos por las organizaciones está relacionada intrínsecamente con la obtención de un óptimo rendimiento de sus plantillas. Este nivel de productividad está sustentado por muchos factores, algunos propios de una correcta organización interna en la empresa y otros relacionados con el estado de satisfacción del empleado.
El espacio físico de trabajo en el que el empleado desarrolla su labor es uno de esos factores que puede repercutir positiva o negativamente en el rendimiento. Deben ser objeto de análisis y configurarse en base al tipo de actividad principal que desarrolle la empresa o departamento. No puede ser igual la distribución de un departamento de recursos humanos donde se trate con datos y se entablen conversaciones de carácter confidencial, o la de un equipo de publicidad y marketing que necesita de espacios más abiertos y colaborativos donde poner en común ideas.
También es necesario habilitar zonas para cada tipo de tarea, lugares más aislados para trabajos que requieren de alto nivel de concentración o lugares más distendidos que fomenten el dialogo o momentos de relajación.
No obstante, si existen una serie de elementos comunes que pueden repercutir de manera muy positiva en la productividad y que posibilita la implantación de un espacio de trabajo atractivo y saludable:
- La tendencia biofílica de diseño, se basa en utilizar recursos naturales (vegetación, luz natural, aire del exterior) e integrarlos en los espacios de trabajo. Recientes estudios indican que la interacción de los trabajadores con esta serie de recursos aumentan sus niveles de rendimiento y fomenta una adecuada salud laboral. La vegetación mejora la calidad del aire interior y regula los niveles de humedad, mientras que facilitar la entrada de luz natural además del consiguiente ahorro energético ayuda a regular nuestros biorritmos y baja los niveles de estrés.
- Colores y texturas, la utilización de colores para diferenciar unas zonas de trabajo de otras, así como la utilización de diversas texturas naturales (madera o elementos textiles) fomentan la creatividad.
- Aislamiento acústico, este es un factor importante que se debe controlar sobre todo en espacios abiertos de colaboración. Es solucionable en ocasiones con la instalación de salas aisladas donde realizar tareas de manera más serena o entablar conversaciones de manera más relajada o discreta.
- Adaptaciones ergonómicas, elemento básico y fundamental para evitar dolencias o lesiones, pilar de una adecuada salud laboral y que previene el absentismo derivado de procesos de enfermedad. Por ejemplo en el caso de puestos de oficina, la implantación de mesas y sillas regulables y adaptadas a cada usuario ayuda en la creación de entornos más agradables y fomentan un mayor rendimiento. Evidentemente estas adaptaciones en coordinación con las especificaciones en materia de prevención de riesgos laborales tienen carácter obligatorio en toda aquella actividad profesional que se realiza en los distintos puestos de la empresa.
El proceso de implantación de un adecuado espacio de trabajo debe pasar esencialmente por abrir canales de comunicación en los que los propios usuarios den su opinión sobre los cambios necesarios en sus puestos. La participación en estos casos debe ser lo más amplia posible y a todos los niveles de la organización. Este proceso debe tener carácter continuo de mejora, adaptándose a las nuevas necesidades que puedan surgir con la evolución natural de puestos y tareas a desempeñar.
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