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domingo, 13 de agosto de 2017

Publicaciones: La importancia de los hábitos nutricionales saludables en el trabajo.

La relación entre salud y nutrición es clara y directa; mantener nuestro organismo con un alto grado de bienestar y en óptimas condiciones requiere de una serie de hábitos nutricionales equilibrados y saludables. Estas máximas que nos son inculcadas desde pequeños empiezan a tambalearse como consecuencia de nuestro ritmo de vida, malos hábitos adquiridos y el tipo de trabajo que tenemos.



Dependiendo del país en que vivamos los porcentajes pueden variar, pero la tendencia es clara como marca los estudios de la OMS (Organización Mundial de la Salud). La mala alimentación implantada en muchas regiones y que se abre paso rápidamente en otras, provoca una alta tasa enfermedades crónicas y mortandad.

En los países desarrollados nuestra dieta contiene en exceso grasas saturadas, se abusa de la sal, se toma demasiada azúcar y se prefiere la comida preparada o enlatada a perder tiempo cocinando en casa alimentos no manufacturados. Como consecuencia se eleva el número de afectados por obesidad, niveles de colesterol alto, hipertensión o diabetes; desencadenantes de trastornos psíquicos como la ansiedad, depresión o que provocan riesgos inminentes para la propia vida como los accidentes cardiovasculares entre otros.

El trabajo que tenemos tiene un alto impacto y condiciona la manera en que debemos nutrirnos. En la mayoría de ocasiones ya sea por sus horarios, nivel de exigencia,  la manera en que realizamos las tareas o por su intensidad física; nos requiere un tipo de alimentación específica. Descuidarla con malos hábitos o con falta de los aportes necesarios nos afecta a corto plazo en el estado anímico, cansancio y bajos niveles de concentración; a medio y largo plaza deteriora progresivamente nuestro grado de bienestar y salud.
 
-    - Los trabajos con escasa actividad de carácter físico, pongamos como ejemplo a oficinistas o conductores, donde prevalece el estar sentado durante prácticamente la totalidad de la jornada laboral, es evidente que requieren de un tipo de alimentación aunque adaptada a las particularidades de cada individuo con bajo aporte calórico. La ensalada, el arroz o la pasta, además de alternar carne y pescado; junto a la realización de alguna actividad física de 2 a 3 veces en semana nos mantendría en este caso en una adecuada condición física.

En el caso de trabajos con altos niveles de exigencia físico o psíquico, es primordial establecer dietas adaptadas que aporten los nutrientes necesarios para equilibrar el gasto energético. En los trabajos físicos intensos, como en los sectores de la construcción o industria, el campo o en el deporte profesional, es necesaria una alta ingesta calórica y  complementos vitamínicos. Mientras que en las tareas de alta exigencia psicológica el aporte calórico no debe ser tan intenso y se debe reforzar los nutrientes y complementos  que ayuden correcto funcionamiento al sistema nervioso, evitando el consumo excesivo de café o bebidas estimulantes. Para ambos casos son interesantes los alimentos que nos surtan de elementos como Fosforo, Zinc o Vitamina B12.

-   - Los trabajadores con turnos variables o con horarios especiales, como es el caso del personal sanitario, requiere establecer un sistema de comidas semanal con por ejemplo la ayuda de cuadrantes adaptándolo a las jornadas previstas. Es necesario evitar en estos casos desordenes o desequilibrios en los aportes nutricionales como consecuencia de la falta de una rutina especifica.

Las empresas tienen necesariamente que aportar soluciones, involucrarse a todos los niveles organizativos y promover campañas de hábitos alimentarios saludables,  ya que la salud de sus empleados está en juego.  Se pueden establecer medidas como espacios de comedor correctamente equipados con pausas de comida suficientes y una oferta variada de menús saludables (con distintos tipos de frutas, ensaladas y menos alimentos fritos o precocinados) aplicando un sistema de vales de comida.

Como complemento a las propuestas del apartado alimenticio se debe promover programas que fomenten un estilo de vida activo o  actividades de esparcimiento y eliminación del estrés; todo ello en función del tipo trabajo diario que realicen los empleados. Todas estas medidas deben ser vistas como una inversión y no como un gasto a asumir, ya que redunda directamente en sus niveles de productividad y consecución de objetivos empresariales.


En definitiva son factores que en su aplicación práctica han demostrado en infinidad de organizaciones en distintos países, un mayor grado de satisfacción, un óptimo nivel  rendimiento y disminución de los procesos de enfermedad registrados en las plantillas.


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