Es evidente que la decisión
tomada tras finalizar la primera etapa educativa y preparar nuestro futuro
profesional marcará nuestro porvenir.
Realizando una carrera universitaria, aprendiendo un oficio en la formación
profesional o directamente tratando de acceder al mercado laboral; pero esta importante decisión en muchas ocasiones
no se basa en un autoconocimiento de nuestras capacidades o buscan a corto
plazo dedicarse a actividades con un rápido reporte económico que nos sostenga.
Sea como sea e independientemente
del sector o actividad a la que finalmente nos dediquemos profesionalmente,
debemos tener la voluntad de evolucionar y dirigir nuestra carrera laboral.
Esto se convierte en una necesidad absoluta si queremos adaptarnos al cambiante
y muy exigente mercado laboral actual.
Gestionar nuestra propia carrera
tiene que convertirse en una faceta a
desarrollar como cualquier otra que nos ayude en nuestra empleabilidad, debemos
trazar una estrategia y focalizar los
aspectos que nos ayudaran a crecer.
Al hilo de un post anterior sobre
la convivencia intergeneracional en el trabajo, tenemos que resaltar que
la perspectiva de carrera profesional que tiene cada generación y la etapa
laboral en la que se encuentra, influye en la manera de gestionar su
trayectoria.
Los Baby Boomers son propensos a
afianzarse y permanecer en una misma organización, mientras la generación X ha
aprendido a compaginar y adaptarse a periodos de actividad laboral con otros de
inactividad. Los Millennials tienen una relación diferente con el empleo y no
ven el entorno laboral cambiante como algo perjudicial, además recientes
encuestan nos destacan que persiguen ser reconocidos como expertos y valoran
que con su labor se contribuya al bienestar social. Destacaría un aspecto muy importante de esta último colectivo, que
es el llamado “Learnability” la capacidad de mejora mediante la formación continua y que es primordial que se extienda a todas las generaciones de
trabajadores presentes en las organizaciones.
Podemos asumir la gestión de
nuestra carrera tomando como base la constancia, el esfuerzo y la fijación de
unos objetivos a desarrollar con algunas de estas medidas:
-
Autoconocimiento:
Debemos saber identificar nuestras fortalezas o virtudes, confiando en ellas para
desarrollar nuestros objetivos y metas. De la misma manera analizar nuestras
flaquezas, siendo capaces de encajar y procesar las críticas, procurando
solventarlas con formación o ayuda de nuestro entorno.
- Objetivo
y metas: Como se comentaba anteriormente y tras una etapa de autoconocimiento,
es necesario establecer un objetivo claro a largo plazo de hacia dónde queremos
enfocar nuestra trayectoria profesional siendo coherentes y realistas.
Posteriormente crear metas intermedias a medio y corto plazo que nos ayuden al logro
del objetivo, tomándolos como puntos de control que iremos revisando periódicamente
para analizar su grado de consecución.
-
Marca
personal: Construir una marca personal con la que comunicar de forma
clara quien eres, que te de visibilidad a ti y a tu trabajo, además de
conseguir diferenciarte del resto.
-
Formación:
La gestión de tu carrera requiere de esfuerzo y compromiso en el tiempo, y como
pilar de todo el proyecto debe estar sin duda la formación continua. Aprender
para adaptarse, para reinventarse y no estancarse profesionalmente. Debemos
mantener una actitud curiosa y de aprendizaje durante toda nuestra vida
profesional.
Por último, como en todo viaje de conocimiento
y realización, tenemos que estar muy atentos a las señales del camino y a las
personas que nos encontramos en él. Saber elegir bien y valorar las
oportunidades que surgen, estando abiertos a modificar nuestro plan o dar un
giro importante a nuestra estrategia si es necesario.
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